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jueves, 22 de enero de 2009

Más tiempo perdido

Hoy me doy cuenta que ya no quiero perder más tiempo... la muerte de mi madre ha removido en mi tantas emociones y tantos pensamientos. Es como si todo hubiese estado asentado en el fondo de un vaso, como los asentamientos del vino, y que su muerte hubiera desatado un remolino que levantó cada pedacito y lo puso a volar. Me he preguntado y questionado todo: mi carrera, mi matrimonio, la relación con mi padre y mi hermano, la responsabilidad, el sacrificio, el tiempo que pasa, la vida.

Con respecto a mi carrera no tengo mucho que decir en este momento, solo que quiero algo más estable, me gustaría saber con cuanto dinero cuento realmente al final del mes y no vivir con la angustia de que se retrasen los pagos en las casas productoras... quisiera hacer más cine y levantar proyectos (tengo tantos y tan maravillosos, pero la verdad es que no sé ni por dónde empezar). Quisiera tener socios, volver a tener a mi rededor gente en la que puedo confiar y con quien hacer equipo... pero las malas experiencias me mantienen aislada, levanto una pared al rededor que impide que la gente se acerque demasiado, aunque sea lo que más anhele en el mundo. Yo tuve una vez unos "socios" con quienes construí miles de castillos en el aire, tuvimos oportunidades, algunas las tomamos, otras las arruinamos, otras simplemente nunca cuajaron. Pero la experiencia me dejó tan desepcionada de la gente, tan agotada de dar y dar y dar y no recibir nada a cambio, que me dediqué a hacer dinero, a trabajar para ganarme la vida, y dejé los sueños atrás. Ahora quiero recuperar esa capacidad de soñar. Quiero levantarme de esas malas experiencias y volver a confiar en la gente y sobre todo, en la idea de que cuando la gente se junta puede lograr cosas increíbles! Quiero volver a tener una "familia" laboral, un grupito con quien soñar, con quien inventar grandes y locos proyectos y con quien llevarlos a cabo sobre todo.

Sobre mi matrimonio, pues he pensado muchas cosas: sobre todo he agradecido que haya encontrado a ese hombre que está acostado junto a mi y que me quiere tal como soy. Con mis altas y mis bajas, con mis berrinches y mis necedades, también con mis virtudes y que está a mi lado, apoyandome en todo, siendo mi aliado más fiel y leal. Quiero tener hijos con él... y eso me lleva al siguiente tema que traigo en la cabeza:

La responsabilidad. Cuando aprende uno realmente a ser responsable? No en el trabajo, eso se aprende rápidamente, ya que de no ser responsable, la carrera no prospera. Pero cuando y cómo aprende uno a ser REALMENTE responsable consigo mismo, con su propia vida? No sé, pero a mi me está cayendo ahora, ahora a mis treinta y ocho años estoy finalmente entendiendo lo que es ser responsable. Soy responsable de cada uno de mis actos, de todas las decisiones que tomo o dejo de tomar, de quererme a mi misma y de no dejarme enfermar, de comer bien y de hacer ejercicio. Es MI responsabilidad no convertirme jamás en una carga para mi familia, es mi responsabilidad ahorrar dinero para mi futuro y para el de mi marido y próximamente el de mis hijos. Yo SOY RESPONSABLE de mis actos. Sobre todo eso, soy responsable hasta de los sentimientos que albergo, de los pensamientos que pasan por mi mente, de las cosas que escribo y digo. Hay gente que simplemente, en toda su vida, no logra jamás hacerse responsable. Simplemente piensan que alguien más tiene que ayudarles a cargar con su vida, viven en la victimización, coleccionando victipuntos (gracias Irma por ese término que no dejo de usar desde que lo mencionaste!) cada vez que álguien deja de hacer lo que ellos quieren. Yo no soy una víctima ni lo seré nunca, yo quiero y voy a cargar con mi propio peso, porque no quiero pesarle a nadie.
El privilegio de haber nacido en una familia con status y dinero es algo que jamás he agradecido. Mi padre, tantas veces, nos decía: "No saben la suerte que tienen, lo tienen todo…" pero yo, la verdad, es que siempre lo dí por hecho y por lo tanto, nunca me había hecho enteramente responsable de mi misma. Si, es cierto que llevo años viviendo sola, que llevo años manteniendome... pero siempre ha permanecido en mi es pequeña muestra de irresponsabilidad que va con el conocimiento de que habrá álguien que soporte tus caidas. El famoso "safety net". Ese padre que siempre está ahí cuando uno lo necesita y a quien le debo tanto ya!
¿En qué momento nos hacemos responsables y dejamos de ser una carga para nuestros padres? Tal vez si hubiera tenido una vida menos fácil, menos privilegiada, lo habría aprendido antes. Pero no la tuve y hasta ahora entiendo realmente lo que significa esa palabra. No sé si se lo he dicho, pero sé que va a leer este texto, y aqui puedo expresarlo mejor que en persona: gracias Papá, porque siempre me has rescatado, siempre me has compartido todo lo que tienes y sobre todo porque siempre he sabido hasta en los momentos más oscuros, que cuento contigo!

El sacrificio. Una palabra que siempre he asociado con el martirio, con la religión, con la iglesia católica y que por lo tanto siempre me ha causado una repulsión profunda. Pero esta también era una palabra que desconocía. Ahora se trata de sacrificar algo para conseguir otra cosa. Quiero tener un hijo, y voy a tener que sacrificar un poco mi carrera y sobre todo mi libertad.
Hace tantos años que he sido completamente libre en mi carrera, soy free lance, voy a dónde me lleva el viento, pero ahora, que quiero empezar una familia, sé que esa vida de libertad absoluta, de inestabilidad financiera pero de pasión por lo que hago va a tener que ser sacrificada en cierta forma, para poderme embarazar. Nadie quiere pasar nueve meses de embarazo con la angustia de que caigan los proyectos, nadie quiere contemplar la idea de un embarazo difícil pero puede suceder y entonces, que haces, como te mantienes, como sacas el dinero para sobrevivir? Yo no he hecho sacrificios jamás. Siempre he hecho lo que he querido y siempre he tenido la suerte de lograrlo. Hoy entendí que había que hacer un sacrificio y aunque me cuesta aún mucho trabajo conciliarme con la idea, estoy dispuesta a hacerlo. Seguro que por momentos me preguntaré si ha valido la pena y pensaré que mi carrera ha terminado! Pero tengo la esperanza de que las cosas se acomoden en sus lugares y que al fin de cuentas, me de cuenta que si valió la pena.

Ahora regreso al tiempo perdido, a la vida: hay que vivirla! Sin miedo, hay que proponerselo y hacer todo lo que uno ha soñado... aunque sea una sola vez, pero vivir la experiencia! Hay que amar a todo lo que da, hay que viajar y conocer el mundo, hay que tener hijos y educarlos y transmitirles nuestros conocimientos y nuestros aprendizajes, hay que aprender algo nuevo todos los días, hay que estar sano para poder lograr todo lo anterior, hay que amarse a si mismo para poder amar a otros, hay que ser responsables con uno mismo y cumplir con todas esas promesas que nos hacemos todos los días y que a veces no cumplimos, hay que escribir, hay que cantar, hay que salir y pasear con el perro que amamos, hay que tener cosas bonitas cerca siempre para recordad que aún hay belleza en el mundo, hay que despertarse temprano, a veces ver el amanecer y deleitarse con la naturaleza, hay que practicar muchos deportes y probar hasta dónde llega el cuerpo y la mente, hay que empujar el intelecto y hacer ese pequeño esfuerzo adicional en todo lo que hacemos, sobre todo hay que permanecer en movimiento perpetuo, buscando, siempre buscando para encontrar y luego seguir buscando más...hay que leer para entrar en las mentes de otros y entender otras formas de ver el mundo, hay que tener muchos amigos y apoyarlos siempre, hay que ayudar a los desconocidos, hay que comer con gusto y no hambrearse solo para verse un poquito más parecida a una imagen que la gente venera, hay que ser uno mismo todos los días y exigir que asi nos quieran que asi nos acepten los que quieran peramanecer cerca de nosotros...

Tengo en mi vida muchas maravillas: un padre adorado, un hermano con quien me he reencontrado ultimamente y que ha resultado ser también mi amigo, dos cuñadas maravillosas (hermanitas), dos sobrinas, una que es mi orgullo y adoración, y una que espero conocer más conforme crezca, muchas amigas que han sido mis amigas tanto tiempo que son parte de mi familia, una perra con cara de atún y sobre todo, antes que nada, un solo amor: el amor de mi vida, mi esposo y mi mejor amigo. Tengo TANTAS cosas! No sé ni cómo agradecerlas!

miércoles, 7 de enero de 2009

CALEIDOSCOPIOS

carne que tiembla, estalla, revienta
bolas de fuego
sangre podrida, envenenada
las tomo en mi vientre
me estrello contra llantos incipientes
te toco a tí, que tienes lumbre en los ojos
prisa en la mirada
caleidoscopios de temor, de ardiente fiebre

tus dientes, tus fauces, tus garras ensangrentadas
el humo ennegrecido de tu aliento
todo pasa como fantasmagoría por mi mente

transgredo el silencio con un grito
tu nombre perezoso

el orgasmo caliente, insoportable
me estremezco en dolor
tu sien, tu fervor
envueltos en los mantos criminales
de una soledad compartida

yaces inerte de aquel lado
yo, rebelde, de éste
duerme… hasta que salga la luna

domingo, 4 de enero de 2009

Recolección

18 de Diciembre del 2008
Hace una semana y media soñé, varias noches seguidas, que mi mamá moría. En cada sueño su muerte era distinta, pero siempre me provocaba un dolor inconmesurable. Ahora, ha muerto de verdad y a penas comienzo a entender ese dolor con el que soñé.

En la misa de ayer, de cuerpo presente, mi hermano habló de mi madre, de la madre que él conoció que era muy distinta a la mía, ya que todos tenemos persepciones distintas de la gente, que dependen enteramente de nuestra relación. Dijo una hermosas palabras sobre ella, porque ella era una persona hermosa. Era antes que nada, de una bondad incondicional que nos regaló a todos los que estabamos cerca de su corazón.

Es dificil descifrar lo que uno siente, hay muchos sentimientos encontrados. Lo primero que yo sentí fue culpa, de no haber estado con ella tanto como ella necesitaba. De no haber tenido con ella la relación perfecta, de cómplices, que tienen otras madres e hijas que conozco. Pero ahora lo pienso y no fue culpa nuestra, ni suya ni mía. Mi madre tenía ochenta y tres años. Cuando yo nací ella tenía casi 45. Yo crecí en escuelas francesas, modernas, y para cuando cumplí los 15 (ella tenía 60) la brecha generacional era tan grande que no había forma de entendernos. Nos distanciamos. No podíamos hablar, porque no teníamos nada en común. Lo que a ella le parecía correcto a mi me parecía anticuado, y yo, como buen adolescente, le pedía, le exigía que comprendiera cosas que para ella eran completamente ajenas. Además de ser adolescente, yo era una niña rebelde. Mi madre sin embargo trató de entenderme y justificaba mis acciones cuando mi padre se enojaba conmigo. Pero nuestra relación fue tácita y por mucho tiempo, no cruzamos demasiadas palabras. Un beso en la frente cuando nos veíamos era una muestra discreta de que el cariño era incondicional, pero más allá de eso, no había nada.

Vivímos juntas en México, después de las trashumancias, los años más dificiles de mi adolescencia. Supongo que no fue fácil para ella, porque no lo fué para mi. Mis inicios a la sexualidad, verme con novios que no aprobaba, amigos que desde su punto de vista me distraían de las tareas escolares, las fiestas, el alcohol, mi constante necesidad de rebazar los límites, la expulsión de la escuela y sobre todo mi valemadrismo general ante su autoridad. Creo que fueron años de mucho sufrimiento para mi madre, ella estaba sola aqui con nosotros, mi padre seguía viviendo en Arabia Saudita. Y creo que yo era la causa de todo ese sufrimiento, o más bien lo sé. Pero ella me amaba y en silencio, haciendo acopio de todas sus fuerzas, me trataba de entender y sobre todo me quería tal como era. Aceptaba mi manera de vestirme aunque seguramente le parecía excentrica y fachosa, le gustaba el brío de mi carácter aunque ella fuera víctima de mis arrebatos y mis contestaciones irreverentes. Admiraba mi pasión por la vida y la forma en que enfrentaba a mi padre autoritario, cosa que ella nunca pudo hacer.

Pasaron los años, mi padre volvió a México y yo salí de la étapa adolescente, algo prolongada... llegó el momento de que asignaran a mi padre a un puesto nuevo y se fueron ellos solos a Egypto. Seis años. Seis años en los que mi madre, separada de sus hijos, a quienes les había dedicado su vida, viéndonos una vez al año, ella comenzó a perder las ganas de vivir. Se había dedicado integramente a nosotros, a cuidarnos, a alimentarnos con sus talentos culinarios, a protegernos... y cuando dejamos de estar presentes, esta mujer ahora de 70 años, ya no supo qué hacer con su tiempo libre. Evidentemente mi padre era aún su prioridad, pero mi padre era 11 años menor que ella y tenía miles de ocupaciones: era el embajador de México en Cairo, había descubierto su pasión por la pintura y le dedicaba mucho tiempo. Mi madre nunca me dijo nada pero yo sé que ahí empezó su deterioro. Luego murió mi abuela mientras mamá seguía lejos. Cuando volvió a México, la persona más cercana, la que nunca la había abandonado, la que la acompañaba de compras, con quien hablaba a diario y con quien tenía creo yo, la relación más estrecha que mi madre jamás tuvo con nadie, había muerto. Su ausencia se reflejaba en el silencio de mi madre. Había días en los que yo me aparecía por su casa (para entonces yo ya vivía sola, y lejos... del lado opuesto de la ciudad) solo para encontrarla sentada en la sala de tele, en la oscuridad, con la tele apagada y un cigarro en la mano, pensando quien sabe que cosas que nunca compartió.
4 de Enero del 2009
Hace unas noches, después de un clasico día en que nada me parecía y en el que busqué pleito con todos los que me rodeaban, estabamos mi esposo y yo, viendo un episodio de Desperate Houswives cuando surgió en mi una necesidad de llorar que no pude detener. Lloré, creo, casi dos horas seguidas. Cuando sentía que me calmaba, volvía a surgir el llanto, aveces atragantado, a veces fluyendo como un triste lamento... ¿Cuando dejamos de llorar por la mujer que nos dió a luz? No sé si importa ahora que tipo de relación teníamos o no teníamos...no sé si importan ya los sentimientos encontrados, las culpas, los reproches, las noches que pasé sin dormir enfurecida con ella, conmigo, con su doctor, con la vida! Hoy solo puedo sentir una tristeza que ya no sé ni de dónde viene, que llega como una ola en los momentos más inesperados. Hoy ya no importa la historia de su vida, ni nuestros conflictos, ni todas las cosas que nos faltaron por decir. Ha muerto, es todo, se acabó.
Quisiera ser creyente para pensar, con un poco de alivio, que ella está en el cielo, viéndome, cuidándome… pero no lo soy. Solo creo que cuando la vida se acaba, se acaba. Que el cuerpo es lo que queda de él, unas cenizas que aún guardo sobre la repisa acompañadas de unas flores, unas velas y un retrato. Que mi madre se ha ido y se ha ido para siempre, que solo existe ahora en nuestros recuerdos. Envidio a la gente de fé, que cree que ella está en un lugar mejor, pero por más que lo intento no puedo creerlo, para mi la muerte es simplemente la extinción de la vida. Porque eso llevo creyendo desde hace tanto tiempo y no tendría sentido comenzar ahora a creer en otra cosa, sería una hipócresía.

Así que, ahora, cuando son las dos de la mañana y no puedo dormir porque estoy piense y piense en ella, lo único que me queda es escribir y recordar y amarla mucho más de lo que la pude querer en vida.

Tartarito

Hoy me desperté temprano. Creo que era tan temprano que ni siquiera los de mi cuarto se habían levantado. Tendí mi cama, luego me volví a m...