Yo crecí creyendo que para ser una buena madre había que sacrificarse. En definitiva se hacen sacrificios, eso es ineludible: hace cuantas noches que quiero desvelarme nada más porque si, tomarme unos vinos, ir a pasar un día entero en un spa, desaparecerme en la oscuridad de una sala de cine y quedarme ahi, como en las épocas de permanencia voluntaria... se hacen sacrificios. Pero no soy una "madre sacrificada" y no se deben de hacer a costa de uno mismo, a costa de tu esencia!. Poco a poco conforme entiendo que es chip es algo implantado y que no tiene nada que ver conmigo, comienzo a recuperar mi vida.
Porque cuando yo era pequeña el mundo no giraba al rededor de lo que "querían hacer los niños". YO crecí adaptándome a un mundo de adultos, un mundo por ende, mucho más rico, aspiracional, culto. Aprendí a apreciar la ópera porque mis padres simplemente me llevaban consigo, porque los domingos por la mañana despertaba con la Traviata a todo volumen y nadie se preguntaba si eso era "apto" si habría que entretenerme, yo me sentaba a escuchar junto a mi papá, mi papá no se adaptó a mi.
Siento que en estos tiempos, los niños ocupan un espacio que nosotros permitimos que ocupen, en el que ellos son el centro y el mundo da vueltas a su rededor... ¿Las vacaciones? A algún lugar en el que no se aburran los niños, ¿las actividades del fin de semana? A entretenerlos... no los menospreciemos, los niños no se aburren tan fácilmente. Todo esto yo lo sabía y lo predicaba durante mi embarazo: yo no voy a dejar que mi vida cambie y gire al rededor de mi hijo, él se adaptará a mi vida. Y hoy, me veo en el espejo, poniendo mi vida de cabeza por él, sintiéndome frustrada por ello ... cuando él ni me lo pidió.
Diego tiene un año y medio y la capacidad absoluta de apreciar y respetar el tiempo de mamá y el tiempo de Diego. Lo que falta es que mamá lo ejerza, sin culpas, plena, sabiendo que le está dando una de las lecciones más importantes de la vida: le está enseñando a disfrutar, a vivir plenamente, a amar lo que uno hace, a tener intereses y proyectos propios fuera del trabajo y de la familia, a estar en el presente, a no sacrificar su esencia por nada y mucho menos por la culpa.
Diego por ti y para ti, mi prioridad soy yo. Si yo estoy bien, tu lo estarás, te lo aseguro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Me encantan sus comentarios, son importantes para mi!